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<SPAN style="LINE-HEIGHT: 115%; FONT-FAMILY: 'Arial','sans-serif'; FONT-SIZE: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold" lang=ES><FONT color=#000000><STRONG>He estado mirando pornografía en internet por años y me esta siendo prácticamente imposible superar el hábito, no se cómo parar. ¿Cómo puedo finalmente liberarme de esto?</STRONG> </FONT></SPAN>

por Padre Juan



Ten la seguridad de que donde abunda el pecado, la Gracia abunda mucho más (Rom. 5:20). Te recomiendo cuatro pasos que te ayudarán a resistir y vencer la tentación en el futuro:

Primero, Debes convertirte en un hombre de oración. La oración es esencial para los que quieren perseverar en la pureza (esto también vale para las mujeres). En especial, ve con frecuencia a Misa, recibe el sacramento de la Reconciliación a lo menos una vez al mes y cultiva una fuerte devoción al Rosario y a San José. Esto que te digo es bastante parecido a un triple golpe para ganarle a la tentación de recrearse en apetitos desordenados. Además, no subestimes el poder que hay en acudir a tu angel guardián pidiéndole fortaleza.

Segundo, Hace todo lo que puedas por librarte de las ocasiones de caída. Si tienes revistas o videos pornográficos, tíralos a la basura inmediatamente. Si internet ha sido un problema, como mínimo debes instalar algún sistema de filtro para tu computador. Puede que incluso quieras considerar tomarte un tiempo y suspender el uso de internet por completo, o usarla de manera reducida (quizá eliminando las búsquedas de imágenes en tu buscador o con un buscador sólo de texto, como Lynx, el que no usa imágenes). Otra estrategia útil es poner imágines u objetos sagrados donde antes hayan estado las de tus caídas. Si es internet, pon un crucifijo o una imagen de nuestra Señora sobre el computador, y ten una imagen sagrada para tu protector de pantalla y wallpaper.

Tercero, encuentra a una persona con la que puedas ser honesto respecto de tu hábito, y toma responsabilidad con él. Un buen sacerdote, algún miembro de tu familia, el animador de tu grupo juvenil, o un buen amigo debieran ser capaces de ayudarte a triunfar en esta batalla. Como dice la Biblia: “Dos son mejores que uno... si uno cae, el otro levantará a su amigo, pero Ay! de aquel que esté solo cuando cae y no tiene a otro para levantarle. Y si un hombre puede doblegar al que está solo, dos lo doblegarán a él” (Eccles. 4:9–12). Aquí hay un buen sitio web que te podrá ayudar en esta batalla: www.covenanteyes.com.

Cuarto, Observa y examina tu motivación para superar este hábito. ¿Estás simplemente intentando conquistar las tentaciones porque el hábito te produce verguenza o porque temes que te sorprendan? ¿Hay algo de orgullo soberbio, un querer ser fuerte por vanidad? Eleva tu motivación de modo que estés trabajando en superar el problema para dar amor. Hazlo por amor a Dios y para hacerte valioso y digno de tu futura esposa.

Cuando una persona mira pornografía, en algún nivel profundo de su corazón está ansiando encontrar amor. Es como un intento distorsionado de darte a ti mismo y recibir a otro en amor. La mujer de la fantasía puede que parezca que es enteramente tuya , pero hay un millón de otros hombres que sienten lo mismo por ella. Obviamente es una falsa sensación de unidad, y debemos rechazarla para lograr el mayor bien que nos espera si lo hacemos. Si un hombre anhela amor, entonces debe luchar por adquirir la generosidad y ausencia de egoismo que lo capacitará para amar bien a una mujer. Deshaciéndote de la pornografía no debiera verse como una pérdida sino como una oportunidad para crecer y fortalecerse en esa generosidad.

Imagina que te has encontrado con la mujer de tus sueños y te casas con ella. Mientras la llevas en brazos y cruzas la puerta de la habitación en tu primera noche de luna de miel, ella te abraza, te mira a los ojos y te susurra diciéndote lo emocionada que está... te dice que ha esperado toda su vida por este día y que, para hacerlo aun más especial se la ha pasado recorriendo miles de imágenes pornográficas de hombres en internet. Probablemente la dejarías caer al suelo. Verás: No sólo debemos esperar a nuestras esposas y esposos con nuestros cuerpos, sino también con nuestras mentes. Así que, por el Amor, a la basura con las revistas, sitios web y videos pornográficos. Si estás llamado al sacramento del matrimonio, ¿acaso tu novia no vale lo suficiente para que esperes a verla a ella con reverencia y gratitud, en vez de estar llenando tu mente con imágenes de cuerpos de otras mujeres?

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